Construyamos un gran movimiento unitario contra la flexibilización laboral juvenil y por el derecho al trabajo estable para todos
En nuestra región, la actividad económica medida por INACER, aumenta en un 2,5% importante y constante desaceleración. Las exportaciones del último trimestre del 2005 decaen en un 8,8% en comparación con el último trimestre del año 2004.
En la Araucanía la fuerza de trabajo equivale a 360.780 personas. La tasa regional de desocupación alcanzó un 7,2% variando en 2,7% punto porcentuales respecto del año anterior (octubre-diciembre 2004, 4,5%), llegando el número de desocupados en la región de La Araucanía a 25.330 personas. La tasa de cesantía y de personas que buscan trabajo por primera vez, que en conjunto explican la desocupación, fue de 6,1% y 1,1% respectivamente[2].
Ante esta situación, en donde el crecimiento económico se ve estacando, pese al alto superávit fiscal por medio de CODELCO y el precio del cobre, los patrones y los políticos patronales de la Concertación y la derecha nos vienen chantajeando, jugando con nuestras necesidades que ellos mismos crearon, como base fundamental de las contradicciones del modelo capitalista[3], condenándonos al desempleo para aumentar sus ganancias en forma multimillonaria.
Bachelet en sus campaña (igual que Lavin y Piñera) anunció que avanzaría en la flexibilización (llamada adaptabilidad) para la juventud y las mujeres, justificando en que son los sectores más afectados por el desempleo.
Su flamante Ministro de Trabajo, O. Andrade, lo ratificó en reciente reportaje del diario La Nación (3 de marzo): Porque después de decir para los titulares que “Derechamente creo que hay que desterrar la discusión sobre flexibilidad laboral”, precisó: “se tratará de ampliar aún más los mecanismos para que una mayor cantidad de gente pueda acceder al empleo y, en ese sentido, los jóvenes y las mujeres tienen una preocupación especial, porque por ahí están los índices donde se debe intervenir (...)Yo estoy dispuesto para que discutamos sobre empleo decente. Si para ello se requieren mecanismos que permitan una cierta adaptabilidad de jornada, estoy dispuesto a discutir, porque lo que importa es que mucha más gente acceda a un trabajo decente y que el empleo no se haga más precario. Entiendo que el mundo del trabajo se niegue a la flexibilidad, por tanto ellos deducen que por esa vía se van a ir reemplazando trabajadores que tienen un empleo más estable por trabajadores inestables, desde ese punto de vista es súper razonable la prevención (...)Confío en que si todos tenemos la voluntad de facilitar el ingreso al empleo de jóvenes, mujeres y sectores que tienen mayor complicación para acceder a ello”.
Todas estas políticas que perjudican a la clase trabajadora, benefician los negocios y ganancias de la clase patronal, la cual ve sus negocios enarbolados de ganancias y de aplausos internacionales por “el ejemplo del modelo chileno”, el cual es sólo es muestra de la economía política más desgarradora de América Latina y de una de las con peor distribución del ingreso a nivel mundial.
Con este escenario económico no es fácil el esperar una respuesta directa de los políticos burgueses que, pretendiendo vender un discurso de mejoras de las condiciones sociales de los trabajadores, de la generación de empleos, etc., desde la Concertación y la derecha se ven agasajados por sus jefes patronales: o muchos de ellos son también empresarios, o se los incorpora a los directorios de las empresas.
Por ello es que la respuesta que la juventud ha de comenzar a proyectarse de acuerdo a este escenario, en el que: 1) las ganancias de los patrones son estruendosas; 2) el poder de la clase patronal se solidifica a través de sus lazos con la política burguesa; 3) los intereses de los patrones no tienen límites y siempre se orientan a desarrollar una mayor tasa de ganancia; 4) existe un alto porcentaje de desempleo juvenil y, por lo tanto, una demanda justificada por el derecho al trabajo de un sector importante de la población; y 5) la política burguesa tratará de dar una respuesta a esta demanda a de acorde a los intereses patronales y su política de contención social.
Ante esto, los estudiantes marxistas de Las Armas de la Crítica no estamos ajenos. Las condiciones laborales a las cuales se nos ofrece como base del mercado laboral y sustento, el cual es la explotación del hombre por el hombre, y la cual hoy se intenta extremar a través de un proyecto de ley como el que el gobierno ya promete[4] dentro de sus “36 medidas en 100 días”, en donde los jóvenes quedamos amarrados a un chantaje político por las condiciones que implica el desempleo en la sociedad capitalista.
El estudiantado en particular y la juventud unificada en el movimiento obrero en general debe hacer que ese chantaje se vuelva estéril. Debemos responder a estos intentos de liberalizar las vidas de miles de jóvenes, responde a quines hoy intentan que heredemos precariedad a nuestros hijos, en donde es todo para el empresario y nada para el trabajador, asociando la ley a las palabras “pobreza”, “esclavitud” y “basura”.
Formemos un gran movimiento unitario contra la flexibilización juvenil y por el derecho al trabajo estable para todos y unitario, amplio, que defienda nuestros derechos e intereses con los métodos de lucha de la clase trabajadora uniendo consigo a la juventud estudiantil y poblacional.
[1] Según el Informe de Política Monetaria (IpoM) se encontraría en un 5,3% para el año 2006.
[2] Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Informe de Crecimiento Económico Regional. Trimestre Octubre-Diciembre 2005.
[3] “El mercado laboral, sigue entregando cifras positiva, con crecimiento importante en el número de ocupados (3,9%), aunque la tasa de desocupación mantiene niveles elevados, debido a un incremento constante en el número de personas que busca empleo”. Fuente: INE.
[4] Sumándole ya el proyecto de ley de subcontratación, que aunque intenta regular esta práctica patronal en contra de la clase trabajadora, termina avalándola y legitimándola jurídica y políticamente.