De la huelga del Frigorífico. lecciones y política a llevar a cabo hoy.
La victoria de la burocracia sindical y la patronal
Luego de 18 días de Huelga los trabajadores del frigorífico depusieron la movilización, logrando un acuerdo con la patronal del holding AASA. El acuerdo fue el siguiente:
1) pago de un bono de producción de 10 mil pesos para cada persona en el área de faenas, y de 5 mil para el área de mantención.
2) anticipo de la gratificación legal de 150 mil para trabajadores de más de un año, y de 100 mil para aquellos que llevan trabajando entre 6 meses y un año, y de 50 mil para quienes fueron contratados hace 6 meses.
3) bono de término de conflicto de 80 mil pesos.
La pregunta que fácilmente se viene a la mente es ¿cómo es posible que trabajadores que estaban tan concientes de la unión y fuerza del sindicato era necesaria para asegurar mejores condiciones de trabajo terminara negociando esta miseria a partir de los intereses de sólo una parte de los trabajadores de la planta?, y a la vez ¿cómo es posible que hayan bajado increíblemente las demandas primeras de la movilización por la miseria que hoy celebra la patronal y
La verdad de éste retroceso está en el accionar de una burocracia sindical al interior de la huelga. Burocracia personificada sustancialmente por el señor José Olate, quien desde un comienzo, ya a los tres días de huelga, estaba interesado en desmoralizar a los trabajadores, exigiendo poderes de negociación arbitrarios que permitiesen acabar con el conflicto tempranamente, cuidando los intereses patronales, pidiendo una miseria a los empresarios, y pidiendo "no politizar el conflicto" sabiendo que la lucha de los trabajadores siempre involucra una lucha política contra la dominación del patrón.
Tras desaparecer durante muchos días, mostrando el lado más oscuro de un dirigente que era rechazado por el sindicato, vuelve en gloria y majestad cuando los trabajadores se encuentran en una posición 'vulnerable', ya que la intransigencia patronal ha sido muy seria y dura, y aún más importante es que la unión de los trabajadores ha sido coartada por la política pro-patronal de
Esta serie de elementos, más una posición 'apolítica' e inmadura de Olate en no trabajar con sindicatos que se han ofrecido a presentar su ayuda y solidaridad en medio de la huelga (lo que es gráficamente mostrado cuando la visita de trabajadores hizo que Olate se acorbadara y se escondiera sin siquiera saludar y agradecer el apoyo/conciencia de los trabajadores organizados de Temuco). Todos estos síntomas que hacían ver a Olate como una figura que se distanciaba de la lucha por la unificación de la fuerza de los trabajadores mostraría su más horrenda cara en una negociación vil y miserable para los trabajadores.
Se ha dicho en muchas partes "es importante la formación de sindicatos", "es bueno que los trabajadores estén organizados", etc. que si bien son consignas importantes ha desarrollar en la boca de los políticos de la concertación no dejan de ser supercherías y frases rimbombantes, ya que hoy mismo vemos la deslegitimación que puede llegar a sufrir una organización como el sindicato si, tomando en cuenta las características de la negociación colectiva en Chile, la inexistencia de un derecho a huelga, y la relación pro-patronal en que se encuentra sustentada la negociación de un contrato, dejan finalmente la sensación a los trabajadores de que el sindicato no es la entidad que lo representa o que puede cumplir sus intereses, ya que los traicionará o siempre se encontrarán en ésta desventaja. Además deberíamos sumarle toda la persecución que desde ya se desata en el frigorífico buscando a los dirigentes sindicales o a los grupos disidentes para simplemente despedirlos y echarlos de la fábrica.
Para esta situación debemos responder: "claro que el sindicato no basta, pero no es para dejarlo, sino que para reafirmarlo en una práctica política en una organización que represente los intereses reales de los trabajadores", por ello que es necesario recuperar el sindicato, por ello que a la vez es necesario la formación de un partido de trabajadores revolucionaria que lucha por superar las contradicciones de la sociedad de clases y asegure un bienestar a la clase trabajadora. Es así que hoy se debe recuperar el sindicato, despidiendo a la dirigencia traidora de Olate, rechazando cualquier variante pro-patronal, juntando nuevamente las fuerzas divididas artificialmente por Olate para debilitar la fuerza de los trabajadores y ponerlos en contra de sí mismos antes que contra el patrón (quien es realmente quien se apropia de su trabajo). Así es como llamamos a eliminar cualquier resto de burocracia en el sindicato recuperándolo con una política con independencia de clases y con democracia directa a través de asambleas y delegados.
Así es como aprendemos de los procesos y así es como se hace política revolucionaria. Vimos cuales son los límites impuestos en la negociación a los trabajadores por las leyes de los políticos pro-patronales de la concertación y la derecha, los trabajadores deben sacar lecciones y deben saber que cualquier huelga que desarrollen en el futuro debe estar acompañada de una crítica radical a la política pro-patronal insertada en Chile en todos sus ámbitos (educación, laboral, salud, previsión, etc.), ya que sólo está conciencia organizada finalmente en un órgano que avance por desterrar estos males de la sociedad puede obtener la victoria para los trabajadores.
No podíamos dejar de mencionar la aparición post-conflicto del diario Austral, el cual servicial a los intereses patronales se dedicó a auscultar éste conflicto durante su desarrollo, y sólo asumiendo su labor 'informativa' cuando los trabajadores se manifestaron más públicamente (llámese marcha, etc.), y no cuando el conflicto necesitaba más de la socialización del conflicto.
El Austral repite su política pro-patronal llegando el día en que la derrota se ha consumado y dejando manifiesto que esto ha sido un 'acuerdo' sin profundizar más allá en el conflicto. La idea representada es "los trabajadores lo lograron y el consenso es posible". Ninguna relación se hace a la mendicidad de los logros o la apertura al discurso de quienes 'no están conformes'.
Además ensalzar a Marcelo Segura quien nunca apareció en la huelga y nunca tuvo contacto directo con los trabajadores no es más que ratificar la política pro-patronal que viene sosteniendo la concertación. "sin sindicatos es imposible lograr algo", dice Segura, y la pregunta ¿con estas condiciones de negociación que se puede lograr? ¿qué es algo? ¿10 y 5 mil pesos de un bono de producción que precariza y flexibiliza más el trabajo de los obreros? Este bono no va a significar más que, si bien una nueva 'valorización de la fuerza de trabajo', un elemento aliciente de la sobre-explotación del trabajador sobre sí mismo a partir de la condición en la empresa y las necesidades de subsistencia. Este es 'el logro', señor Segura.
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