El trabajo infantil. Una mirada de la realidad en Chile y la Araucanía
En este contexto es que “el Estado chileno adopta el compromiso de desarrollar las acciones necesarias para prevenir y erradicar progresivamente el trabajo de los niños, niñas y adolescentes en el país mediante acciones inmediatas, a mediano y largo plazo, según las prioridades establecidas a nivel central, regional y local” (MINTRAB. 2001). De hecho aunque el problema del trabajo infantil ha sido un problema histórico en las sociedades moderno/capitalistas, sólo hoy en día, o más bien desde la firma del primer convenio que establece las condiciones mínimas de trabajo, o sea el convenio 138, firmado el año 1973, que establece los las edades mínimas de trabajo en 14 y 15 años para países cuyas economías y medios de educación estén insuficientemente desarrolladas, en cualquier caso la edad debe ser coincidente con aquella en que termina la educación obligatoria.
En base a las estadísticas podemos comprobar que con la globalización la desigualdad y la pobreza han ido ganando terreno[3]. Por eso, no debería resultar extraño ir un paso más allá y sugerir, como muchos han hecho, que “este fenómeno provoca un aumento del trabajo infantil. Si la globalización implica 1. más pobreza, 2. una mayor descentralización de la producción con mano de obra más flexible (industrias caseras) y 3. suministro de mano de obra barata para la exportación, entonces es de esperar que ascienda la tasa de trabajo infantil”. (G.K. LIETEN, 2003). Esto más cuando “el trabajo de niños, niñas y adolescentes surge generalmente como una estrategia de las familias más necesitadas para lograr un aporte adicional de ingresos a sus hogares. Los niños y niñas reemplazan a los padres en las labores”.
Así como todos los países que conocen las características propias de sus economías en términos de venta de fuerza de trabajo y de condiciones laborales (sindicalización, seguridad, contractual, etc.) tienen presentes el fenómeno del trabajo infantil como un tema emergente y que debe ser considerado en función no sólo de las perspectivas del infante o en
Así es como en prácticamente todos los países se recolectan cada vez más estadísticas nacionales sobre la población y la fuerza laboral por medio de censos y encuestas laborales, pero dichos datos no existen o están incompletos cuando se trata de los niños trabajadores ya que estas metodologías tradicionales de encuesta no son apropiadas para cubrir a los niños en edad escolar, cuyas actividades son en gran parte “invisibles” u “ocultas”. (OIT & UNICEF. 2000). En Chile se encuentra la experiencia concreta de
Frente a las condiciones antes expresadas que se resumen en una significativa población de niños en actividades laborales, no tan sólo en nuestra región, sino que en todo el mundo, por lo que marca una tendencia mundial de la economía, es que se hace imperativo estudiar las condiciones de reproducción de éste fenómeno, sus características como actividad propia y desarrollada por los agentes económicos, las series de motivaciones subjetivas relacionadas con el desarrollo del fenómeno objetivo de incorporación de fuerza de trabajo joven a la producción, más cuando se continúa una discusión desde los actores políticos y económicos que tematizan las variables del trabajo en la actualidad, en función de nuevos mecanismos de flexibilización laboral, los cuales incluyen, como ya han señalado explícitamente algunos miembros del recientemente formado Consejo de
Así es como para conocer y trabajar un tema que no se ha explorado en profundidad en la región y en el conjunto de todo Chile, es que organismos como
Tomando en cuenta la preferencia y mayor urgencia que tiene estudiar las condiciones de trabajo inaceptable las cuales se refieren a aquel que vulnera los derechos esenciales de los niños, niñas y adolescentes, amenazando su acceso y permanencia en la educación, el descanso y la recreación, además de poner en riesgo su normal desarrollo psicológico y social. Dentro de esta definición se incluyen el trabajo de niños y niñas de 11 años y menos; el trabajo de niños y niñas entre 12 y 14 que no estudien; el trabajo de niños y niñas entre 12 y 14 años que implique más de 14 horas laborales a la semana; el trabajo de adolescentes entre 15 y 17 que implica no asistencia a la escuela y cuya jornada excede las 21 horas semanales; el trabajo en la calle; el trabajo nocturno; y el trabajo ilegal (adolescentes que trabajan más horas que las permitidas legalmente, es decir, más de 49 horas) (ACHNU. 2005). La contradicción se encuentra presente desde el punto de vista de
- Autorización escrita de sus padres o tutores.
- Contrato de trabajo y remuneración legal.
- En jornadas diurnas no superiores a 8 horas.
- En labores livianas que no afecten su salud, seguridad o moralidad.
- No podrán realizar trabajos mineros subterráneos ni en lugares que vendan alcohol.
- Entre 15 y 16 años deben también certificar la asistencia a la escuela.
De esta forma se deja en el Código del Trabajo la prohibición al trabajo de niños menores de 15 años. Por lo tanto, si lo hacen, lo realizan en forma ilegal (excepto en la situación especial de niños que pueden ser autorizados a trabajar en teatro, cine, televisión o actividades similares).
La investigación se centra en recoger experiencias concretas y empíricas de trabajo infantil en Temuco de forma de sintetizar un material investigativo exploratorio que permita el desarrollo de experiencias así en las principales ciudades del país, y segundo concretar el filme de un video que pueda graficar y explicitar el trabajo de campo (con los relatos orales, entrevistas, fuentes, etc.) y los resultados de la investigación, de manera de dar a conocer los resultados de estas investigaciones más allá de la academia, ya que su difusión es todavía muy limitada y la sociedad actual demanda cada vez más y mejores opciones de acceso al conocimiento, especialmente si estamos hablando desde el marco de una política de prevención y difusión de los derechos de los niños y de contribuir de forma práctica al Sistema de Registro Único e Intervención de las Peores Formas de Trabajo Infantil[5].
Si tomamos en cuenta que
Esto se hace aún más latente cuando incorporamos las estadísticas regionales de Distribución del trabajo de los niños, niñas y adolescentes (OIT. 2004), donde la situación de
Cuadro Nº 1. Distribución del trabajo de los niños, niñas y adolescentes en al región de la Araucanía[7]
Región de la Araucanía | |||
| Trabajo inaceptable | Quehaceres en el propio Hogar | Peores Formas de Trabajo Infantil |
Nº | 8.766 | 5.829 | 36 |
Tasa* | 4.1 | 2.7 | |
Tasa* sobre el total de niños, niñas y adolescentes de
Es decir, en
Cuadro Nº 2. radiografía del trabajo inaceptable[8]
Cuadro Nº 3. radiografía de las peores formas de trabajo infantil[9]
A partir de esto y tomando en cuenta además de que gracias a la síntesis y conclusiones elaboradas a partir de los resultados cuantitativos obtenidos de
Por ello es que en función de revertir de forma paliativa y preventiva, sin pretender una cambio general de la situación del trabajo infantil, ya que no sólo no se encuentra a nuestro alcance, sino que atraviesa una serie de decisiones del sistema político y de los actores económicos, es que aceptamos el compromiso de investigar y desarrollar el estudio del trabajo infantil, pero eso sí, abordándolo como un tema integrado/integral a la sociedad en que vivimos y como un fenómeno que es parte de la reproducción de una sociedad concreta y específica como la nuestra.
El marxismo y el trabajo infantil. Una tarea para la política sindical y obrera.
La creciente vulnerabilidad de los países es lo que está en juego en el proceso de globalización, fenómeno que por definición significa la imposición de un “mercado libre” dominado por conglomerados
Los aspectos de la globalización como la disciplina de mercado internacional, la polarización dentro y entre los países, el retroceso del estado, la vunerabilidad agudizada, la privatización de los sistemas de educación, la reducción de las subvenciones para los pobres, etc., han creado unas condiciones en las cuales el trabajo infantil se puede convertir en una estrategia para sobrevivir y en las cuales las instituciones de gobierno carecen de medios para erradicar tales prácticas abusivas. Los recortes en servicios sociales básicos influyen directamente en la decisión de escolarizar a los hijos o no.
El Capital se instala siempre donde cuesta menos producir sus mercancías y la actual crisis económica a nivel mundial ha evidenciado mayormente la tendencia progresiva a la disminución de la tasa general de ganancia que lleva al capital a la búsqueda continua de contramedidas para aumentar el grado de explotación del trabajo; la apropiación del plustrabajo y de la plusvalía aumentan sobre todo a través de la prolongación de la jornada de trabajo, de la intensificación del trabajo y de la reducción general de los salarios mediante la utilización de la fuerza de trabajo de precio inferior de los países en vías de desarrollo y, donde es posible, de la fuerza de trabajo infantil. Todos los actuales informes de la prensa oficial denuncian en todo momento la confirmación de la validez total de la teoría marxista: «Salarios por debajo del nivel de subsistencia, horarios imposibles, explotación de los menores, clima de terror y represión de la sindicación como historias de ordinaria vergüenza» (MARX, CARLOS. 1974).
Hay que recordar las características que ha asumido el mismo trabajo y la relación salarial en los procesos de precarización y flexibilización laboral, debido a las políticas de “ajuste estructural” que exigía el FMI en el comienzo del ciclo neoliberal, las cuales dañaban tanto a trabajadores como a la gente pobre, en general a través de alguno de sus múltiples efectos y en consecuencia podría afectar directamente a los niños de las familias con mayor riesgo social y en condición de pobreza.
Siguiendo a Marx en la relación salarial con la economía capitalista podemos decir que:
«El valor de la fuerza de trabajo se determina por el tiempo de trabajo necesario no sólo para mantener al obrero adulto individual, sino también por lo necesario para el mantenimiento de la familia del obrero. Las máquinas, lanzando al mercado de trabajo a todos los miembros de la familia obrera, distribuyen sobre toda la familia el valor de la fuerza-trabajo de éste último. La adquisición por la familia fraccionada, por ejemplo de cuatro fuerzas-trabajo cuesta quizás más de cuanto costase antes la mercancía fuerza de trabajo del jefe de familia pero a cambio se tienen ahora cuatro jornadas de trabajo en lugar de una, y su precio disminuye en proporción a la excedencia de plusvalor de los cuatro sobre el plusvalor de uno. Entonces, para que una sola familia pueda vivir, cuatro personas deben proporcionar al capital no solo trabajo, sino plusvalor. Así, las máquinas amplían desde el principio también e/grado de explotación junto al material humano de explotación que es el campo más propio de explotación del capital.» (El Capital, I, cap. 13).
Aún así, las estadísticas de
[1] Según cifras del Ministerio del Trabajo-OIT, en “Trabajo infantil y adolescente en cifras. Síntesis de la primera encuesta nacional y registro de sus peores formas”. 2004. Recordamos tomar en cuenta en este sentido la definición del Ministerio de Trabajo a partir del INE y la categoría de ocupados ya señalada anteriormente.
[2] Esta distinción entre trabajo aceptable y trabajo inaceptable tiene que ver con las condiciones del trabajo que se realiza y las implicaciones que ellas conllevan en el desarrollo físico, social y psicológico del infante; son categorías definidas por
[3] Se calcula por ejemplo que en 1980, 118 millones de personas vivían en nueve países donde el PIB mostraba una tendencia decreciente. En 1998 esto sucedía en 60 países afectando a 1,3 billones de personas. El crecimiento medio se ha reducido en todas partes desde que empezó la globalización, en particular en los países en desarrollo. La desigualdad social se ha extendido drásticamente a nivel mundial, tanto que los 50 millones de personas más ricas en el mundo ganan lo mismo que los 2,7 billones de pobres que existen. La desigualdad de ingresos se acentuó en 33 de los 66 países en desarrollo (citado en Went en base a la distribución de los salarios, 2003)
[6] Con un número de 1217 observaciones. (INE, 2004)
[8] Cuadro obtenido de OIT (2004) Trabajo Infantil y adolescente. Diagnóstico Nacional. Resumen Ejecutivo. Santiago, Oficina Internacional del Trabajo. ISBN 92-2-316378-1 (versión impresa). Pág. 16.
[9] Cuadro obtenido de OIT (2004) Trabajo Infantil y adolescente. Diagnóstico Nacional. Resumen Ejecutivo. Santiago, Oficina Internacional del Trabajo. ISBN 92-2-316378-1 (versión impresa). Pág. 18.
[11] Para estas discusiones recomendamos leer a HOEHN, MAREK. (2005) Reestructuración económica y cambio de la conducta política en América Latina. ponencia en el seminario “Por un país con justicia”, organizado por ESOPO y Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Santiago Agosto 2005; Y el trabajo de Dasten Julián para su tesis doctoral en Sociología del Trabajo en
[12] Recordemos que según